miércoles, agosto 10, 2011

Sobre el dolor

El miércoles pasado comencé con un dolor en mi cadera y pierna derecha. El dolor fue haciéndose más intenso hasta que el sábado y domingo por la noche de plano estallé en llanto: Aquello era insoportable. 

Los analgésicos no me ayudaron y tampoco el parche de morfina. Yo que pensaba que ya había superado por fin mi época de dependencia a pastillitas de todos sabores y formas. Tuve que regresar a ese lugar terrible que es soportar por dentro un dolor tan intenso que quieres arrancarte la piel y los huesos. Quieres gritar y llorar. Quieres estar solo, en la oscuridad, sin moverte. Sin que te toquen. Sin que te hagan preguntas. 

No puedes quejarte tanto, si lo hicieras, te correrían de tu casa porque nadie soportaría escuchar sobre tus achaques todo el tiempo. Así que aprendes a administrar tus quejidos y lamentos. No quieres aburrir ni hartar a los demás. 

Pero el dolor no cesa. Al contrario. Cuando parece que está controlado y que sólo duele crónicamente, de repente viene una aguda punzada y te recuerda que sigue al acecho. 

Intentas relajarte. Respirar profundo. Meditar. Pensar en otras cosas. Visualizar imágenes bellas. Aflojas los músculos. El dolor sigue ahí. Mostrando su rabia. Negándose a sucumbir a tus esfuerzos de sacarlo de tu cuerpo. 

Te golpea. Dos, tres, cinco, diez veces. Sigues llorando. No sabes cuándo va a terminar esa pesadilla. Estás vivo pero, entonces, de la nada, lentamente, casi como un susurro de tu mente, comienzas a creer que no vale la pena vivir así. Y cuando llegas a ese punto, ya nada detiene lo que viene: una ráfaga de pensamientos sobre la muerte. 

Sí. La muerte. 


Ese lugar tranquilo que suena a oasis en esos momentos de frustración. 

El dolor es traicionero. Cuando crees que adoras la vida, llega, se apodera de ti y te hace desear la muerte, aunque sea de manera efímera.

La muerte. Algo a lo que nunca tuve miedo. Un suceso que me parecía triste, pero natural. No pensaba mucho en eso. Lo mío era la vida. Aunque realmente morir joven tampoco me aterraba. 


Y en momentos de dolor la muerte te atrae. Te seduce. Recurre a la tentación. Y piensas en ella ya no como antes, sólo cuando algún ser querido moría. En momentos de dolor, la muerte se impone. Llena el espacio con su perfume a silencio, a nada.  

Luego recapacitas. Y analizas la evolución en esa relación tuya con el más allá. Ahora la muerte te seduce y te aterra al mismo tiempo. ¿Por qué antes no? ¿Por qué antes te daba igual? 


Ahora me doy cuenta por qué... 

Porque en ese entonces no tenía la familia que tengo ahora. Porque no había visto la sonrisa de mi bebé. Porque Aleks no estaba a mi lado tomándome la mano. 

Me aterra un vida con dolor, pero me aterra más dejar lo que tengo. 

- Amaya 

8 comentarios:

Paty dijo...

Querida Amaya, a lo largo de mucho tiempo te he estado leyendo y cómo creo que alguna vez ya te lo escribí (en una de las poquísimas veces que lo he hecho) eres una mujer que me inspira una gran admiración, eres una inspiración y bueno, pido por ti y deseo que pronto pases esta durísima prueba. Esta vez te escribo para contarte de una gran amiga, que está haciendo mucho por las personas que cómo tú pasan o pasaron por esta enfermedad. Gente cómo mi amiga (y cómo tú!) son dignas de ser conocidas. Este es su blog: http://vanherksen.blogspot.com/
Animo Amaya, estoy segura que muchísima gente piensa en ti y te manda su buena vibra.

Unknown dijo...

Lamento mucho el dolor físico que has estado pasando y con franqueza te digo que no puedo imaginar lo que sientes. Espero, de todo corazón, que esos episodios no se repitan y que pronto goces de mejor salud.

Anónimo dijo...

Hola Amaya, hace un momento al leer una revista encontre una foto tuya que me llamo la atención sobre todo porque tu cara me resultaba conocida, hace poco te tuve la oportunidad de verte en un lugar al cual asisten nuestros bebes muchas felicidades tienes un hijo hermoso y muy inteligente, una mama super agradable tambien porque tuve oportunidad de cruzar dos o tres palabras con ella mientras jugabamos con los bebes me da gusto encontrarte por aqui, quiero que sepas que eres una mujer admirable y una mama ejemplar, me gustaria ser tu amiga . He leido un poco apenas tu blog y me identifico con tu forma de pensar. Espero pronto saber de ti.

Anónimo dijo...

La sima del dolor, es experimentar las cavidades más profundas, insoportables, inexploradas de ese sentir, que disparan, abren, desgarran, forzan, a la razón y al sentimiento a deambular por terrenos inhóspitos, por procesos desconocidos, a palparlos, a sentirlos, a olerlos a tratar de explicarlos y comprenderlos. Caminar por esos umbrales no es una condición dada a la generalidad de los humanos, solo acceden a ellos ciertos personajes que poseen vivencias forjadas, cauterizadas, apropiadas para experimentar tales hechos.
Pasada tal aduana, se les permite observar y vivir con nitidez las cualidades naturales de la propia vida, la armonía, el amor, la sabiduría, la fuerza, la voluntad, el coraje, la amistad y contrastarlas con los propios demonios, la mentira, la ira, la soberbia, la lujuria, la gula, la pereza, la avaricia.
Algunos pasamos toda la vida y no logramos la nitidez para vivirla, otros los menos de los menos si tienen esa fortuna de cruzar el umbral del dolor, para vivirla, para observarla, para sentirla, para experimentarla y comprenderla y para distinguir la diferencia entre el vivir y la nada.
Porque tú eres de esa calificada minoría, de la de los menos de los menos, por eso Amayita te amo y te respeto y me siento muy orgulloso de contarte entre los nuestros, entre los míos, los que habitan dentro de mi alma y mi corazón.
Te mando un beso.
rgg

Anónimo dijo...

Hola, Amaya.

Sólo conozco de ti por el twitter primero y y por el blog después. Y aunque se puede decir que no te conozco y mucho menos tú sabes quién soy, últimamente pienso mucho en ti y, cuando o hago, mis mejores oraciones y vibras van contigo para que superes triunfante esta prueba muy pronto.

Tengo la misma edad que tú y soy mamá de un "chiquín" como tú dices, de menos de dos años, y me conmueve y admiro tu entereza.

Como alguien te comentaba... hay mucha gente que ni siquiera te imaginas que existe porque no nos hacemos presentes directamente, pero que estamos pensando y orando por tu salud constantemente, a pesar de ser, literalmente, dos "desconocidas".

Te abrazo y te dejo mis mejores deseos para tu pronta recuperación. Eres una gran mujer, no porque padezcas una enfermedad. Es que gran mujer naciste y eso tú lo sabes y lo estás demostrando.

lin dijo...

hijita querida, es inimaginable el dolor por el que estás pasando y siento mucho no poder ayudarte para que desaparezca, me duele mucho verte sufrir y saber que llegan a tu cabecita esos tristes pensamientos, que bien que tienes al alex y a tu chiquín que te hacen seguir luchando.
quisiera tener el poder para cambiar todo ese dolor en dicha, no lo tengo, sólo me queda orar por tu salud y pedir un milagro para tí y tu familia.
te amo, te amo profundamente, ojalá pudiera con un beso desaparecer tu sufrimiento. va ese beso para tí.
lin.

mj dijo...

Amayita, como siempre,recibe todo mi cariño y espero que sigas teniendo la fuerza interna para soportar y superar esos dolores, que ahora que estuve contigo pude sentir muy de cerca el dolor físico y emocional que sientes. No puedo ni imaginar la magnitud pero de todo corazón te mando toda la energía positiva para enfrentar este monstruo.
Un abrazo guayabita.

Anónimo dijo...

Primita, es muy triste enterarme de esta inesperada noticia que habla del terrible dolor por el que estas pasando, tu eres la unica persona que lo estas sintiendo a tal grado que haz tenido esos fuertes pensamientos, solo quiero recordarte lo que nos enseño mi abuela que es estar juntos como familia y luchar por las adversidades que nos pone la vida, se que no se comparan los momentos por los que estas pasando con los que algunos de nosotros hemos vivido y nos hemos dado por vencido, pero tu haz tenido esa fortaleza para luchar y seguir adelante, haz sido un gran ejemplo de fueza, valentia y amor para mi y muchas personas, me haz ayudado a tener esas ganas que no tenia anteriormente e ir superando constantemente situaciones que yo pensaba no tenian remedio y se que tu tambien lo vas a hacer, a pesar de tu enfermedad se lo maravillosa que eres y las ganas que tienes de vivir y de luchar por mantener a tu familia unida y feliz para toda la vida y quiero que sigas haciendolo y aferrandote a la vida y no te des por vencido, no tengo idea del dolor que sientes pero se que puedes con eso y mas, tu baby y tu esposo te necesitan al igual que todos nosotros. vas a ver que cada dia vas a estar mejor, hechale muchas ganas por favor, siempre estas en mi corazon y en el de toda nuestra familia, te quiero mucho prima y vamos a seguir con todo no quiero malos pensamientos, ANIMOOOOOO¡¡¡¡
si se puede, si se puedee¡¡¡¡
tu primo querido Guillermo Gallardo